Alce Sentado

51oYe-yzO1LSitting Elk (Alce Sentado), nativo de la tribu Crow o Apsaroke. Fotografía tomada por Edward S. Curtis, el 6 de julio de 1908.


¿Qué te queda todavía por conseguir?

Pues me queda todavía por conseguir mucho, pero mantener el día a día ya es un logro de por sí para la persona, yo creo. Cuando una persona piensa que ya lo ha conseguido todo significa que ya está muerta (puede que NO físicamente pero sí en modos de razonar, compartir, trabajar, amar,…). Hay que estar todos los días, y todos los días tirar para adelante, y todos los días innovar un poco.

Lo importante es estar a gusto en tu pellejo. ¿De qué te vale tener mil millones en el Banco? ¿De qué te vale tener palacios si estás a disgusto contigo mism@?

Cuando al principio de esta reflexión decía que «me queda todavía mucho por conseguir en esta vida», es cierto. Pero me refería a alcanzar metas que me ayuden a ser mejor persona y a crecer como tal: sentirme realizado en mi trabajo, cuidar de mis plantas y mis animales, encontrar una “perika” que me quiera y yo a ella, seguir cantando con mi banda Punk, participar en una buena conversación con mis amig@s, salir a correr todas las tardes un poquito, contemplar bellos amaneceres y atardeceres, aprender de los éxitos pero también de los fracasos, involucrarme con mis compañer@s del sindicato en las acciones que lleven a cabo, estar en paz conmigo mismo y con l@s demás,…

Creo que estas cosas son las que hace que uno se sienta vivo. Y ahora, querid@s amig@s, me gustaría decirles que a vosotr@s también os queda mucho por conseguir en esta vida. Tan sólo es cuestión de proponérselo. Saludos y que tengan un buen día!!. (Marin El Punki – Perro Loko).


Un nota entra en una papelería y pregunta:
– ¿Tienes tarjetas de felizitazión ke digan: “PARA MI ÚNIKO Y VERDADERO AMOR”?
– Sip, tenemos.
– Pues deme ocho, por favó!!


Estaban TRES RATAS sentadas en el bar haziendo alarde de su tenazidad y valentía…
La primera rata dijo:
– «Yo soy tan dura ke una vez me komí una bolsa llena de veneno para ratas y NO me pasó nada!!»
La segunda dijo:
– «Pues yo soy tan valiente ke una vez kedé atrapada en una trampa para ratas, roí la tela metálika y me eskapé.»
Y la terzera rata se levantó y dijo:
– «Bueno, pues hasta luego, kolegas. Me voy a kasa a molestar un poko al gato».


Un afizionado a la fotografía fue invitado a zenar por una familia y llevó encima un par de fotos para mostrárselas a la anfitriona.
La anfitriona miró las fotos y komentó:
– «Estas fotos son muy buenas!. Usted debe tener una buena kámara.»
Él NO hizo ningún komentario, pero kuando salía para volver a kasa, dijo:
– «La komida ha estado deliziosa. Usted debe tener muy buenas ollas.»


Cojo Manteca

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Punk y vagabundo sin hogar, líder de las revueltas estudiantiles de los ’80… Levantó tal polvareda en todo el territorio nazional, ke todavía hoy NO ha podido asentarse.

Jon Manteca NO era estudiante, ni tenía nada ke ver kon los estudios, pero tuvo la suerte de ke pasaba mendigando por allí y se kruzó kasualmente kon una de las manifas estudiantiles ke tanto pululaban por akel entonzes.

La polizía –komo de kostumbre– la emprendía kon la muchedumbre… Llegó a efectuar disparos y hasta una manifestante de 15 años fue herida de bala. Pero Jon Manteca NO se amedrentó, kontagiado por lo violento del ambiente, según explikaría más tarde, utilizó una de las muletas en las ke se apoyaba al kaminar para romper el letrero de la estazión del metro y un reloj-termometro frente al Banco de España. En esa aktitud fue kaptado por las cámaras de la Agencia EFE. Algo muy komentado por algunos manifestantes, y NO por la prensa, era el asombro ke kausaba la extraordinaria velozidad a la ke se desplazaba, kon solo una pierna y las muletas, para huir de las kargas poliziales.

Jon Manteca fue identifikado días más tarde en Sevilla y pasó un breve período en prisión. También fue detenido por ‘escándalo público’ en Valencia el 12 de marzo de 1987 al insultar a la Virgen de los Desamparados en su basílica, lo ke le llevó a kumplir una kondena de 120 días en la prisión de Valencia.
En agosto de 1987, mientras se enkontraba en Bilbao, un grupo de personas kiso arrojarlo a la ría por realizar gestos obszenos a la banda munizipal mientras esta aktuaba pero un grupo de personas lo evitó y finalmente éste fue detenido.

Jon Manteca –konozido popularmente komo ‘El Kojo Manteka’– fallezió el 25 de mayo de 1996, en el hospital Vega Baja de Orihuela (Alicante), víctima del sida.

cojo-mantecaJon Manteca, el ‘Kojo Manteka’ (Mondragón, Guipúzcoa 1967 – †Orihuela, Alicante. 25/05/1996).

 

 


<<ANUNZIOS:
Kambio gallo ke kanta a las cinco de la mañana por uno ke kante a las siete.>>


<<NOTIZIAS ÚLTIMA HORA:
Próximamente: Nuevo Programa de «Se LLama Punk» en Kanal Sur. Se presentaran l@s kantantes Punkis más botarates de toda Andalucía. Imagínense: todo el plató de televisión lleno de vómitos, eskupitajos, litros de zervezas, restos de porros,…>>


Poleh-uaha

P02190.700x700Poleh-uaha (también Poteh-tlaha), Apache White Mountain. Fotografía tomada por Edward Harvey Davis en Cedar Creek, Reserva de Fort Apache (Reserva White Mountain), Condado de Gila, Arizona, EE.UU. 1 de octubre de 1919.


El huertecito

Siendo yo un gurripato, tendría siete u ocho añitos, NO más, mi padre me dio un “cachito tierra”. Era el tiempo de la siembra. Recuerdo con bastante ternura aquella época de mi temprana niñez .

NO sé por qué, tal vez porque yo era el primogénito de mis hermanos, mi padre siempre me llevaba al campo; además de que me gustaba.

Aquel terrenito que me dejó mi padre constaba de cuatro metros de largo, por dos y medio de ancho; más o menos la magnitud de un coche. Se encontraba dentro del “joyo” donde mi padre sembraba el mataje, justo a un ladito del comienzo de la vereda que conducía hasta la casita que teníamos en medio de la viña.

Mi padre delimitó mi pedacito de tierra hincando cuatro cañas en las esquinas. Luego yo coloqué unos trozos rotos de uralita por su alrededor y dividí el rectángulo en cuatro partes iguales. Sobra decir aquí que mi padre tenía labrada la tierra de antemano. Aquel fue mi primer huerto, el primer huertecito de mi vida.

En una de las partes sembré ajos. Yo NO sabía sembrar ajos:
– “Papá, papá, ¿cómo se siembran los ajos?”
– “Hijo, los ajos se siembran de la siguiente forma: primero haces un agujerito con el dedito en la tierra; luego pones el diente de ajo en el agujerito con el piquito mirando hacia arriba, porque por ahí saldrá el mástil, ¿comprendes, hijo?”
Yo NO sabía qué era el mástil, pero bueno,… si mi padre decía que por el piquito saldría, pues por ahí tendría que salir. Él siguió explicándome:
– “Por último, tapas el agujerito con la misma mano y siembras cada ajo a un palmo de distancia entre ellos.”

En otra de las partes planté lechugas; siete u ocho, porque más NO cabían. Y en los dos huecos restantes que me quedaban sembré habas y cebollinos. Mi padre me enseñó cómo hacerlo: cuántas habas echar por cada mata, cuánto de separados deben estar los cebollinos, etc.

Pasaron los días, vinieron las lluvias y mi huertecito empezó a germinar. Yo había estado esperando con impaciencia, pero ahora que crecían las plantas, me sentía más contento.

Los hombres que llegaban para hablar con mi padre, cuando veían mis cuatro matajitos, solían preguntarle:
– “Chorla, ¿esto qué es?, ¿un experimento?”.- Y mi padre se reía y les contestaba:
– “NO, hombre. Esto NO es ningún experimento. Esto es el huerto de mi Miguelito”.- Y todos los hombres se echaban a reír, porque les hacía gracia tan meticuloso huertecito.

Yo a lo mejor me llevaba algunos días sin ir al campo, porque entre semana tenía que ir al colegio; pero había veces, los viernes, en que mi padre me decía:
– “Miguelito, hijo, al campo hay que ir, que al huerto le están saliendo yerbitas”.- Y yo, todo alarmado, le respondía:
– “¡NO me vayas a arrancar ningún jaramago!, ¿en, papa? ¡NO me vayas a arrancar ningún jaramago!”
– “NO, hijo, si lo vas a quitar tú, si lo vas a quitar tú…”
Aquella noche casi ni dormía tranquilo ni nada, tan sólo pensando que al otro día tenía que ir al campo para quitar la yerba de mi huerto.

A la mañana siguiente ya estaba yo en el campo con mi padre. En cuanto mi padre me bajaba de la moto, salía yo corriendo y lo primero que hacía era ver mi huerto. Mi padre llegaba después, detrás mía y me decía:
– “Quítale los cuatro matojos de jaramago, dáles un manotazo y después, con la zoletita, le das una escardaita buena a la tierra”
Y eso hacía. Mi padre me había regalado una zoletita que tenía el cabo cortado, más o menos casi por la mitad. Más que una zoletita parecía un escardillo, pero bueno… Era muy apropiado para mí.

Cuando llegaba a casa y estaban los demás niños jugando en la calle, yo me hacía como el que estaba reventado de tanto trabajar en el campo. Entraba por las puertas medio cojeando, casi arrastrando los piés, y mi madre –que había estado en la cocina haciéndonos de comer– decía:
– “¡Ayyyy, qué dolor de mi hijo, joé, que viene el pobre to’ cansado del campo!”.- Aquello me gustaba, me hacía sentir grande, todo un hombre de campo y lo que tenía eran siete u ocho años; vamos, un retaco.

…Y, por fin llegaba el tiempo de la cosecha. Cuando llegaba el tiempo de recoger las hortalizas, mi padre me daba una bolsa de plástico y me decía:
– “Toma, coge las habas de tu huerto que se las vamos a llevar a mamá”.- Y yo, muy contento, llenaba la bolsa con los cabetes que habían echado mis cuatro matas de habas y, después se la llevaba a mi madre. Cuando volvía a casa montado con mi padre en la moto, llevaba la bolsa de habas en la mano como si llevase la antorcha olímpica. Al llegar a casa, entraba corriendo en la cocina en busca de mi madre y ella me daba un abrazo llena de alegría en cuanto yo le daba la bolsa de habas.

Siendo un gurripato, había logrado cultivar mi primer huerto, el primer huertecito de mi vida. Mi padre, que en paz descanse, se sintió muy contento y orgulloso de mí. Él NO tenía estudios, ni sabía mucho de letras, pero me había enseñado algo que la escuela nunca me enseñó: EL AMOR POR LA TIERRA Y EL NOBLE TRABAJO DEL CAMPESINO Y LABRADOR. (Marin El Punki – Perro Loko).