<<Yo siempre me sentía furioso… kuando en el kolegio sonaba la sirena y el maestro todavía seguía diktando!!!.>>


Soledad

Seis metros cúbicos de aire.
Un colchón para dormir.
Tal vez un libro en el estante
y el retrato de alguien que no ha de venir.
Eso eres tú, soledad,
cuando estoy yo en el centro.

Pero… ¿Qué harás, soledad,
cuando yo, simplemente
siguiendo la metamorfosis natural,
me haya convertido en nada?
¿Qué será de ti, soledad?
¿Qué harás cuando te quedes sola?

¿Qué harás cuando tus palabras,
cuchillos de mil hojas
para las fibras sensibles de un alma,
lancen tajos de silencio a la nada?
¿Qué harás cuando grites al mundo
y tu mundo sea un cuarto vacío?

Qué pena me das, soledad.
Soledad de apenas
seis metros cúbicos de aire.
Un colchón para dormir.
Un libro ya leído en el estante.
Y en la pared el retrato
de alguien que acaba de partir.

¿Quién te hará compañía, soledad?
¿Quién beberá tus verdes lágrimas?
Cuán solas estarás entonces, soledad,
sobre tu cama amortajada.
Porque desaparecido yo, soledad,
tú te convertirás en nada.

(Helenio Campos Ocaña, exiliado español, hijo de padres Anarkistas: Severino Campos Campos e Igualdad Ocaña Sánchez) Ⓐ