Viene en el libro de «La cartuja de Parma» de Stendhal una fábula que dice así:

<<EL JARDINERO Y SU SEÑOR

Un amante de la jardinería poseía en cierto pueblo un huerto tan hermoso y bien cuidado, que más bien parecía una mansión cerrada.

Allí crecían a placer la acedera y la lechuga. Pero también flores y un poco de jazmín de España con que hacer un ramo a Margot en el día de su cumpleaños.

El dueño se sentía feliz hasta que una liebre vino a truncar su dicha.

El aldeano se quejó a su señor:
– “La busco en vano, porque ella NO teme a nada, ni siquiera al garrote que muchas veces ve en mi mano. NO me deja en el huerto nada sano, y he llegado ya a creer que está embrujada.
– “Embrujada o NO –le contestó su señor al jardinero– yo te prometo que, aunque del mismo demonio se tratara, NO escapará a la tenaz constancia de Miraut, mi perro favorito”.
– “¿Y cuándo me prestaréis tan gran favor?”
– “Mañana mismo saldré hacia tu estancia”.

Y así fue, a la mañana siguiente, el señor se presentó con sus criados.
– “Comamos antes de la cacería, dijo”.

La alegría reinó en la comida, y a la comida sucedió el movimiento; todos se prepararon y la trompa dejó oír su ronco acento.

Entre gritos y alaridos, se lanzaron todos con la jauría en persecución de la liebre, lo cual inquietó en gran forma al jardinero, que murmuraba desesperado:
– “Adiós bancales, frutas y flores. Todo ha sido arrollado sin piedad… Y ni qué echar al puchero me han dejado”.
– “Caros juegos de príncipe son éstos, prosiguió el pobre hortelano; los perros y esas gentes han hecho más daño en un día que pudieran haber hecho en cien años todas las liebres de la provincia”.

Pequeños príncipes, solucionad vuestros conflictos. Si recurrís a los reyes, seréis unos grandes locos. NO los comprometáis nunca en vuestras guerras, ni les consintáis jamás tampoco entrar en vuestras tierras.>>

Espero que os haya gustado y que saquéis vuestras propias conclusiones en el plano de la vida real. Os recuerdo: extraído de la novela “La Cartuja de Parma” del escritor francés Stendhal.